¿Cómo es el regreso a casa de las mujeres que trabajan en los comedores comunitarios?
Maylén, trabajadora del comedor Unión y Confianza, contó que fue demorada por la policía a pesar de estar exceptuada para circular.
Las que ponen el cuerpo en las ollas populares, en su mayoría son mujeres, ellas integran comedores populares, merenderos, ellas son vecinas autoconvocadas y lideresas en sus barrios.
El parate de la economía, la imposibilidad
de salir por la changa o el mango diario, hizo que los que juntaban para el
plato de comida de todos los días, ya no tengan ni esa posibilidad.
El decreto presidencial que reglamentó la
forma en la que se llevaría a cabo la «cuarentena», tuvo en cuanta la situación de las personas
afectadas a los servicios en comedores comunitarios y tareas de cuidado.
El jueves pasado una de las trabajadoras de la economía popular, volvía de trabajar en el comedor «Unión y Confianza», ubicado en la zona sur Rosario, y fue demorada por la policía tras ser bajada del colectivo urbano de pasajeros.
El motivo fue que no contaba con el permiso de circulación, aunque desde el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) presentaron la documentación ya en la comisaría. Así y todo pasó seis horas demorada y un fiscal pidió impulsar una causa en su contra.
En comunicación con FM 91.3 Aire Libre Radio Comunitaria, Maylén contó lo sucedido.