Comunidad

“La cantidad de muertos en nuestros barrios no es una simple estadística”

Claudio Castricone, párroco de barrio Tablada y coordinador de la Pastoral de los Barrios Populares, se refirió a todos los tipos de violencia que se registran en Rosario. Un pedido por más Estado presente y decisión política a la hora de querer erradicar la inseguridad.

“Queremos estar unidos al sentir de nuestros barrios, donde la cantidad de muertos no es simplemente una estadística. Son jóvenes que estaban en nuestras plazas, en nuestras escuelas, en nuestras parroquias. Entonces es un dolor muy grande y a veces nos parece que no se dimensiona todo lo que significan todas estas muertes”, señaló Claudio Castricone, párroco de barrio Tablada y coordinador de la Pastoral de los Barrios Populares. Castricone fue uno de los tantos religiosos y religiosas que esta semana expresaron públicamente su preocupación por lo que viene pasando en muchos barrios de la ciudad con la violencia y la falta de oportunidades para pibes y pibas con una ceremonia en el cementerio La Piedad, “donde van nuestros chicos, los que mueren en las balaceras”.

En diálogo con Aire Libre, el párroco hizo hincapié en la preocupación que rige en todos los barrios por el grado de violencia que hay en la ciudad. “Todo tipo de violencia: psicológica, verbal, física, especialmente contra la mujer; pero después también la violencia de la inseguridad, la violencia de las balaceras, la violencia psicológica de tirarte una nota bajo la puerta diciéndote que tenes que dejar tu casa. Y ni que hablar de la violencia con los muertos. Estamos muy preocupados por esto y si bien vemos buena voluntad en algunas personas de los tres poderes, no alcanza”, remarcó.

Frente a eso, el encuentro interreligioso de esta semana significó una reunión “donde son sepultados nuestros pobres, los que van a tierra, es decir, los que no tienen dinero para pagar un servicio de sepelio. Los pibes nuestros que mueren en las balaceras terminan ahí, por eso tampoco lo hicimos en la puerta, sino atrás, donde van ellos. Y por eso fue tan significativo”.

Ni Castricone ni ninguno de los y las participantes del encuentro tienen la solución mágica a la violencia, el narcotráfico y la muerte. Pero sí saben cuál es el camino a seguir: mostrarle a esos pibes y pibas otra cosa, darles nuevas oportunidades. Y para eso, remarcó, es muy importante que la presencia del Estado sea más eficiente en los lugares. “No podemos decir que el Estado no está, pero a veces no está en la medida que tiene que estar. En nuestros barrios, las escuelas y los clubes son fundamentales. Y lo que el Estado no esté haciendo, pero otra gente sí, y bien, se lo tiene que apoyar, con dinero. Estamos en una situación de emergencia. Si no somos creativos todos, esto se va a desmadrar”, subrayó el párroco.  Y precisó que durante la pandemia la situación se recrudeció, dejando en claro que las puertas abiertas de las instituciones es fundamental para que los jóvenes “no queden a la deriva”.

“Para frenar esta situación es necesaria ante todo la decisión política, no solamente de los políticos, sino de la justicia también. Termina cayendo el último eslabón, el hilo se corta por lo más fino. Las cárceles se llenan de pobres y pareciera que nunca se llega a tocar a los grandes negocios. Es llamativo que no pase absolutamente nada. El que produce la violencia en nuestros barrios es el último eslabón”.

 

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